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| Revista Arbil nº 64 | |
¿Alguien cree en un gobierno societario verdaderamente democrático? por Luis Losada Pescador Interesantes anotaciones sobre los codigos éticos de actuación empresarial, su cumplimiento y las realidades que encubren, incluidos los abusos que nadie denuncia
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| Tras el Código Olivencia, la Comisión Aldama trata de regular el buen gobierno de las sociedades. Los expertos aseguran que la presencia de expertos "independientes" garantiza la buena administración, que sin embargo presenta un preocupante déficit democrático. Mientras tanto, los casos de corrupción se suceden. ¿No habrá llegado la hora de la revolución ética? A principios de diciembre la CNMV emitía un informe en el que alertaba del incumplimiento societario de las recomendaciones de buen gobierno contenidas en el Código Olivencia. El número de empresas que colaboraron con el organismo regulador con la remisión del formulario, descendió un 13,5 por ciento en relación al año anterior. Sólo 8 de las 59 compañías que remitieron información declaran seguir las 23 recomendaciones de Olivencia. Curiosamente, una de las recomendaciones más seguidas por los encuestados es la relativa a la auditoría sin salvedades. Olivencia recomienda que las sociedades cotizadas presenten al mercado informes limpios. Una recomendación que lejos de ayudar a la independencia y objetividad de los auditores, resta profesionalidad. ¿Quién no dudará de la credibilidad de un informe sabiendo que el auditor ha recibido presiones para emitir un informe limpio, porque así lo recomienda el preceptivo código de buena conducta? ¿No sería mejor que la comunidad inversora aprendiese a leer los informes de auditoría y actuara en consecuencia? El punto más incumplido por las sociedades consultadas es el límite de edad máximo recomendado. Sólo un 53 por ciento de las empresas cumplen con los criterios de Olivencia. Unas recomendaciones elevadas a rango de obligación con la promulgación de la Ley Financiera que ha obligado a Josep Vilarasau a abandonar la presidencia de La Caixa. El nivel de incumplimiento de la edad máxima para presidentes y consejeros es tan alto, que la propia CNMV aplica el criterio de "si no puedes con tu enemigo, únete a él". El organismo supervisor sugiere "una nueva redacción, una justificación más clara o un cambio normativo". Y es que, en efecto, no está muy claro por qué una persona debe de abandonar el gobierno de una sociedad al cumplir los 70. No se explica por qué su experiencia no es valorada por la compañía. Más bien habría que plantearse el riesgo inverso de ser gobernado por jóvenes inexpertos. Porque, ¿la experiencia no era un grado? Pero sin duda el tema más clave en el gobierno societario es la democratización interna. Algo en lo que todavía somos muy deficitarios en lo político, pero que ni siquiera intuimos en lo empresarial. Nos urge asumir la responsabilidad de la propiedad. Y eso significa asumir que el consejo tiene un contrato de mandato de una propiedad que es mía, por muy minoritario que sea. Esta revolución cultural concluye formalmente en la constitución de asociaciones de accionistas, y sindicaturas de acciones. Pero también pasa por otorgar mayor poder a los fondos de pensiones y de inversión que intermedian entre el accionista y la compañía. Unos intermediarios que actualmente tienen un papel de exclusiva mediación, despojados de sus derechos políticos. La propuesta del presidente de la fundación de Estudios Financieros, Aldo Olcese, consiste en otorgar representación proporcional en los consejos de administración a los fondos de inversión y de pensiones. Una medida que revolucionaría el gobierno corporativo, permitiendo una relación de fuerzas más razonable y equilibrada, al mismo tiempo que evitaría que accionistas minoritarios puedan ejercer el control de una cotizada. Claro que la bicha mentada es como ponerle el cascabel al gato, y ni el mismo Enrique Aldama apoya la revolución. Finalmente se aprobará un código de buenas maneras, que haga hincapié en la presencia de consejeros independientes y olvide la representación de los fondos. Una independencia basada en la ausencia de intereses en la compañía. ¡Menuda independencia y menudo compromiso! "Siente a un independiente en su mesa", parece ser el lema, que deriva indefectiblemente en el baile de "biutiblús" por los órganos de dirección empresarial. ¿Eso es buen gobierno? Por último, la Comisión Aldama propone también exigir más transparencia sobre las stock options y limitar el blindaje de los altos ejecutivos. Unos "paracaídas de oro" con el que se han protegido los riñones tanto el cura Castillejo como el ex copresidente del SCH, José María Amusátegui. El segundo con bastante más volumen que el primero. Aldama llega tarde. Como siempre... ·- ·-· -··· ·· ·-·· Luis Losada Pescador referendum@wanadoo.es. | |
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