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Indice de contenidos

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Población y soberanía nacional
Nacionalismo, patriotismo y subsidiariedad.
Nuevos Herodes, nuevos Pilatos y... ¡nuevos Quijotes!
Editorial. Hablemos claro: la mayor campaña anticatólica de los últimos sesenta años en España.
Sindicalismo y ultraizquierda; especial atención a la enseñanza
¿Crisis en el nacionalismo vasco?
Las dos Navidades de los cristianos
¿Alguien cree en un gobierno societario verdaderamente democrático?
La Navidad que viene...
Por una educación al servicio de la persona
En la estela de Le Pen: ¿un partido populista en España?
El primer ataque del separatismo peneuvista contra la unidad española
El Peronismo
Por una estética católica
Un catecismo de cine
Los que están detrás en la guerra contra la vida y contra Hispanoamérica
Pastorales
Avaricia, dinero, poder
Los obispos condenan el nacionalismo idolátrico y totalitario: Documento de la Conferencia Episcopal sobre el terrorismo
Desobediencia civil
Fray Bartolomé de las Casas, un agitador con hábito
La Ley frente a la legalidad
Papá Nöel
El origen de la izquierda obrera y la cuestión social en España
Tener paz
Valores que nos unen: educar para la convivencia
La "purificación de la memoria" y la devoción al Corazón Inmaculado de María para la nueva evangelización
Actividades de Arbil-Bilbao
Textos clásicos: Sentido y ubicación de Mexico


CARTAS

Revista Arbil nº 64

Papá Nöel

por IVE

Papa Nöel es una importación ajena a nuestra cultura hispánica que se está imponiendo. Pero aún así tiene un fundamento cristiano que se pretende obviar tanto en los media como en sus manipulaciones al servicio del consumismo. Este es el origen de la tradición de Santa Klaus en los diferentes países y su interrelación con tradiciones paganas, así como de las nuevas iconografías impuestas por multinacionales como Coca Cola

 

El actual Papá Noel tiene su origen en San Nicolás, uno de los santos más venerados de la antigüedad, protector de los navegantes, de los humildes, de las doncellas y de los niños. Su nombre significa: victoria del pueblo (del griego níke = victoria o nikáo = vencer; y laós = pueblo). Los datos que se tienen de su vida provienen mayormente de una biografía que escribió San Metodio (+ 885), arzobispo de Moravia y Pannonia.

San Nicolás nació en la ciudad de Patara, Licia (Turquía), alrededor del 270, en el seno de una familia pudiente, pero nunca se dejó atrapar por la riqueza sino que desde niño demostró ser muy caritativo. Perdió a sus padres durante una epidemia a muy temprana edad y fue recibido por su tío, obispo de Myra (actualmente Kale, Turquía), quien lo educó y consagró sacerdote a los 19 años. Su cuantiosa fortuna la repartió entre los pobres para luego entrar a un monasterio. Peregrinó a Tierra Santa y de regreso pasó por la ciudad de Myra, en donde obispos y sacerdotes, habiendo muerto su tío, discutían reunidos en una iglesia sobre quien debía ser el sucesor. Como no se ponían de acuerdo decidieron elegir al primer sacerdote que entrara. En ese momento, sin saberlo, San Nicolás traspuso las puertas del templo siendo sorprendido por las aclamaciones de los presentes y así fue consagrado obispo de Myra. Otra historia obvia este episodio, contando que fue elegido sencillamente porque el clero y el pueblo de la ciudad conocían muy bien sus dotes y aptitudes.

Fue encarcelado junto con otros cristianos durante una persecución decretada por el emperador de Oriente, Licinio (307-323), y liberado por Constantino I (307-337) cuando el 3 de julio de 323 Licinio es derrotado en Adrianópolis y el 18 de setiembre en Calcedonia, quedando Constantino como único soberano del Imperio. San Nicolás fue un fuerte opositor a la herejía propagada por Arrio y prohibió a los arrianos entrar en su ciudad.

Se destacó por su ayuda a los pobres y por hacer milagros aún en vida, siendo recordadas estas características en las mismas representaciones del santo. Así aparece generalmente sosteniendo un libro y sobre él tres bolas de oro y acompañado por una cuba de la cual salen tres niños en actitud orante.

Cuenta la historia que pasando frente a la casa de un anciano noble, arruinado económicamente, se detuvo a hablar con él quien le contó que solamente le quedaban tres hijas en edad de casarse pero no tenía ya manera de mantenerlas y vestirlas, y menos aún de darles una dote, y sin dote, nadie las querría esposar. Esta realidad, que consideraba irresoluble, lo llegó a desesperar tanto, que pensó venderlas como esclavas y entregarlas a la prostitución. San Nicolás, se estremeció y comprendió lo difícil de la situación. Sólo le quedaban de su cuantiosa fortuna tres bolsas de oro. Esa misma noche, regresó a la casa del anciano y arrojó una bolsa por la ventana. Al poco tiempo una de sus hijas fue tomada por esposa. Al poco tiempo volvió a hacer lo mismo y la segunda hija también encontró marido. El padre, por alguna razón intuía que la cosa ocurriría nuevamente y decidió esperar a que sucediera. Cuando San Nicolás repitió por tercera vez su acción, el anciano atrapó la bolsa al caer por la ventana y salió corriendo para conocer a su benefactor. Al encontrarse con el obispo se arrojó a sus pies diciéndole: "¡Oh Nicolás, servidor de Dios! ¿Porqué escondeis así vuestra bondad?", pero el santo le dijo que no lo contara a nadie.

De una variante de esta historia también emerge la tradición de colocar los regalos en medias ubicadas sobre el hogar, pues se cuenta que, como en la casa del anciano la ventana estaba muy próxima al hogar y allí las jóvenes colgaban sus medias para que se secaran durante la noche, el santo, en vez de arrojar las bolsas de oro, las deslizaba suavemente dentro de las medias.

Otro relato dice que un rico comerciante envió a sus tres jóvenes hijos en un largo viaje hasta Myra, para que recibieran la bendición de su obispo San Nicolás. En el camino, se detuvieron en una posada para pasar la noche, pero mientras dormían, el posadero se introdujo en la habitación, los asesinó con un cuchillo y les robó sus bienes y la plata que llevaban. Luego, para ocultar su delito, tomó los cuerpos, los descuartizó y los puso en un gran barril. San Nicolás recibió de Dios la visión de lo sucedido y se puso en marcha. Al llegar a la posada encaró al dueño, quien lleno de miedo y confundido al escuchar al santo relatarle lo que había hecho, se arrojó a sus pies implorándole el perdón. Seguidamente San Nicolás oró al Señor y los tres jóvenes, recobrando la vida, salieron de la cuba ilesos.

También se le atribuye haber salvado a tres hombres de morir injustamente y a tres capitanes del ejercito romano encarcelados a causa de las intrigas del gobernador Ablavio, que gozaba de la confianza de Constantino I. De ellos se conservan sus nombres: Nepociano, Urso y Herpilión, que habían conocido a San Nicolás durante una visita a Myra. La insidia de Ablavio fue creciendo y los acusó ante el emperador de tramar una conspiración incluso encarcelados por lo que se ordenó su ejecución. Enterados de la decisión los tres comenzaron a rezar al santo obispo. San Nicolás, escuchando sus ruegos, se le apareció al emperador advirtiéndole de la injusticia y también en sueños a Ablavio amenazándolo con terribles castigos por su actitud. Constantino llamó a comparecer a los soldados, descubriéndose que las acusaciones de traición eran falsas y contaron que se habían encomendado a San Nicolás. El emperador no sólo los dejó en libertad sino que los envió a Myra con valiosos presentes para su obispo que perdonó incluso al gobernador ante la insistencia de los capitanes.

San Nicolás murió en Myra el 6 de diciembre de 345, siendo enterrado en la misma ciudad, aunque algunos sostienen que lo fue en la catedral de Nicea. A comienzos del siglo XI, todo el Este y el Sudoeste de Turquía habían caído en manos de los musulmanes, incluida Myra, en su incontenible avance sobre los territorios del Imperio Romano de Oriente. Un grupo de comerciantes italianos, al pasar por la ciudad, sacaron en secreto los restos de San Nicolás llevándolos a Bari, Italia, en el 1087, de allí que se lo conozca más con el nombre San Nicolás de Bari.

Los notables milagros concedidos por su intercesión hicieron que su popularidad fuera cada vez mayor y la devoción se extendió rápidamente de Oriente a Occidente a partir del siglo X, desde Grecia hasta Inglaterra y desde la Rusia ortodoxa hasta Venecia, sobre todo por su fama de proteger a los marinos de tormentas y piratas. Más de dos mil templos fueron consagrados en su honor en todo el mundo y de ellos, en la alta Edad Media, seiscientos estaban diseminados a lo largo de la costa inglesa, llegando a competir en popularidad con su patrono natural San Jorge.

Al difundirse la devoción a San Nicolás en las tierras occidentales surgieron paralelamente tradiciones y leyendas locales. Los eslavos de los Balcanes, preparan una comida especial de pescado a base de carpa el día de su fiesta y una canción popular de serbios y búlgaros, relata una fiesta en el cielo en donde se juntaron todos los santos siendo anfitrión San Basilio Magno. Éste, con una jarra de oro, sirvió vino a todos hasta el borde de sus áureas copas. Mientras que los demás hablaban entre ellos animadamente, San Nicolás comenzó a adormecerse teniendo su copa en las manos. Los santos, uno a uno, fueron callando e iban centrando sus miradas en la escena hasta que San Juan le preguntó: "¿Hermano Nicolás, porqué dormitas con el vaso entre tus manos?". San Nicolás, volviendo en sí le respondió: "San Juan, ya que me preguntas, el enemigo ha levantado una terrible tormenta en el mar Egeo. Mientras que mi cuerpo dormita aquí, mi espíritu se dirige allá en auxilio de los barcos, para que regresen seguros al puerto".

Su protección a los navíos incluían a marineros, mercaderes que estaban a bordo y pasajeros, por lo cual pensaron que si su intercesión abarcaba a todos los que iban por mar, nada impedía que protegiera a los que iban por tierra y así fue patrono de los viajeros en general. En Rusia se transformó en uno de los santos más populares y su devoción llegó hasta los samoyedas y lapones, pueblos criadores de renos y pescadores del Ártico, lo que vincula con la creencia en la América septentrional de que sea el Polo Norte el lugar de residencia de San Nicolás.

Como era el gran protector de los niños y jóvenes, durante la Edad Media, cuando los colegios se levantaban al lado de los monasterios, los tutores alentaban a sus alumnos a realizar representaciones en honor de San Nicolás. Para ellos era algo muy serio y aprendían sus papeles con toda dedicación. A propósito se cuenta que el rey de Alemania, Conrado I (911-918), visitando un monasterio, encontró a los jóvenes actuando en un espectáculo dedicado al "Obispo Nicolás" y al finalizar comenzaron a desfilar en un estricto orden por un ala de la iglesia. El rey, regocijado por lo que había visto y en señal de aprobación y satisfacción, ordenó a los miembros de la corte que le acompañaban arrojarles manzanas a modo de regalo, sin embargo la procesión siguió imperturbable y nadie se atrevió a buscar los presentes porque debía mantenerse la solemnidad de la celebración.

De los monasterios, estas procesiones de escolares pasaron a los pueblos. El día del santo, los niños elegían un "joven obispo". Siguiendo la ruta hacia la catedral, recorrían los barrios imponiendo un tributo a los habitantes y llegados allí, participaban del oficio que celebraba el improvisado "obispo" que incluso pronunciaba un sermón. Los festejos duraban desde el 6 hasta el 28 de diciembre, Fiesta de los Santos Inocentes. Estas grandes ceremonias fueron cayendo en desuso, conservándose sólo en algunas partes, como herencia del exigido tributo, la costumbre de ir de casa en casa cantando alguna canción navideña recibiendo a cambio dulces o monedas. En ciertos pueblos de Austria, San Nicolás aparece el día de su fiesta ataviado de obispo, con capa pluvial, báculo y mitra.

Hay quienes sostienen que Papá Noel, fue una fusión de dos tradiciones, una que involucra al dios Woden, que proviene de la mitología nórdica, y la otra de origen cristiano con San Nicolás.[i]

Según la leyenda, Woden, que tenía la categoría de dios supremo, no era un anciano. Más bien se trataba de una especie de vagabundo que en la época del nacimiento de Cristo se dirigió desde Medio Oriente hacia el Norte y allí los escandinavos pronunciaron su nombre Odín. Acostumbraba pasearse por el mundo en su caballo blanco, Sleipnir, que tenía ocho patas para ir más rápido o bien, envuelto en su largo capote azul y cubierto con un sombrero de anchas alas, prefería caminar con su bordón en la mano. Las rígidas condiciones de vida de los pueblos nórdicos dio como resultado que la supervivencia fuese el fruto de una perpetua vigilancia de las fuerzas naturales. El concepto que se tenía de Odín era de un dios guerrero que, el día del Juicio, debería librar una batalla contra los gigantes quienes desatarían los poderes de la naturaleza. Para ello Odín convocaría a todos los dioses y a los valientes del Walhalla, dominio celeste del dios y morada de los héroes muertos en batalla.

Tiempo después, cuando el culto y la lealtad a Odín se habían afianzado, su figura cambió por la de un dios protector que traía tranquilidad y esperanza.

Algunos investigadores de las religiones, indican que esto se produjo por contagio con el cristianismo que iba avanzando lentamente sobre los pueblos germánicos. De este modo se comenzó una especie de adaptación de Odín a tal punto que hasta lo llegaron a llamar "padre todopoderoso" reelaborándose una nueva mitología. Odín será entonces el jefe de una trinidad pagana creadora del mundo y hasta aparece un sacrificio voluntario y un triunfo sobre la muerte. Durante nueve noches, Odín se inmola suspendido en el fresno Yggdrasil, árbol de sentido cósmico que unía el cielo, la tierra y los abismos. Al final de la novena noche derrama hidromiel y comienza a pronunciar las letras del alfabeto de los hombres del Norte, este es el origen de las runas, idioma misterioso revelado por un dios sufriente que con su muerte y resurrección alcanzó la sabiduría. Así llegó a ser una divinidad justa y gentil, presente en la vida cotidiana, el Schimmerlreiter, caballero del caballo blanco, el viejo Schlapphut, del amplio sombrero y en Escandinavia se decía Oden jagar förbi, Odín pasa a caballo.

Pero también la adaptación mitológica alcanzó de modo negativo a su ejército. Las huestes para librar la gran batalla del día del Juicio, ahora no se componen de los héroes del Walhalla sino de bandidos y condenados a muerte. Con el pasar de los años la denominación de la Wodenes her, la armada de Woden, se deformó en Wüttendes Heer, que se traduce como "horda salvaje". Esta tropa malvada, comandada por Woden o por una vieja hechicera llamada Holda o Perchta o Berchtel, llega en la víspera del día de Todos los Santos, para instalarse durante el invierno. Que el año sea malo o bueno se manifiesta con su arribo. Si el día es diáfano y con una tranquila brisa, el año será promisorio; si el día es malo y tormentoso, se augura un año difícil y lleno de calamidades. Todos aguardan con angustia la llegada y ordenan sus hogares: los hombres ponen a cubierto sus carruajes; las mujeres terminan de hilar guardando la rueca y reservando una buena cantidad de lana. La noche del 6 de diciembre, Perchta hace su inspección, por eso la dueña de casa se esmera en arreglar todo, y hasta pone la mesa con un cubierto demás para ella esperando obtener la aprobación sobre su dedicación y trabajo, pues la bruja es muy exigente y castiga a las mujeres descuidadas y perezosas.

La fiesta de Halloween, que se festeja tan profusamente en los Estados Unidos de América y que poco a poco se está difundiendo por todo el mundo, es el resultado de una compleja mezcla entre la visita de Perchta, el paso de la temida Wüttendes Heer y las prácticas de los druidas que se remontan al siglo VII a.C.[ii]

Aprovechándose de la inquietud y los terrores que producían la llegada de la Wüttendes Heer o el retorno del dios Samhain y sus espíritus maléficos según las creencias celtas, la noche del 31 de octubre era peligrosa y llena de incertidumbre, pues amparados en esta superstición, bandas tumultuosas de vagabundos y forajidos recorrían la campaña europea sembrando temor, exigiendo dinero o comida, o saqueando y destruyendo.

Las brujas risueñas y niños disfrazados que recorren hoy las calles y golpean las puertas de las casas exigiendo dulces, son una herencia de la cena de la bruja Perchta, de las ofrendas que pedían los druidas para el sacrificio que lograba calmar las iras de Samhain y de su tropa malvada, de los obsequios adicionales que la gente dejaba a los espíritus delante de sus casas, como también de dar algo de los bienes con el fin de contener el vandalismo de ese otro ejército, no de espíritus sino de carne y hueso, que asolaba los poblados.

Woden comenzó a tener ciertas similitudes con San Nicolás cuando a este se lo describía al principio también como un hombre algo mayor, que llevaba una amplia y gruesa túnica, sombrero de ala ancha y cabalgando montado en un caballo blanco. Llevaba compañía, pero muy distinta a la "horda salvaje". Se trataba de cuatro compañeros: su hermano Rupert, con un látigo para castigar a los niños que se habían portado mal y no merecían ser visitados por el santo, el niño Jesús, San Pedro y un ángel. Cuando San Nicolás entraba en la casa se sentaba y comenzaba a interrogar a los niños. Algo parecido a la inspección de Pertcha. Las preguntas de rigor eran si habían estudiado sus lecciones del colegio, si rezaban, si cumplieron sus obligaciones con alegría , esmero y sin protestar, etc. Cuando las respuestas eran satisfactorias, los recompensaba dejándoles un regalo en el hogar de la casa. En Europa, la visita de San Nicolás no ocurría en la Nochebuena, sino en la vigilia del 6 de diciembre.

Cuando comenzó a afianzarse la Reforma, los alemanes de extracción protestantes empezaron a rechazar la costumbre popular de Sankt Nikolaus y de sus obsequios, promoviendo la veneración de Christkindl (Cristo Niño), considerando al Dios-Hombre, el regalo dado a la humanidad el día 25 de diciembre.

A mediados del siglo XVI, el Sankt Nikolaus de Alemania pasó a los Países Bajos como Sanct Herr Nicholaas o Sinter Klaas más específicamente en los territorios del Norte que ocupa actualmente Holanda. A veces se lo representaba con esquíes o bien a caballo con vestimentas de obispo y acompañado no por su hermano Rupert, sino por Zwarte Piet, Pedro, el Negro, un elfo que repartía regalos sacándolos de una enorme bolsa, tan grande como para también meter en ella a los niños malos a los que castigaba llevándolos a España. Esta terrible punición se debía a que los Países Bajos, hoy Holanda, Bélgica y Luxemburgo, estaban bajo dominación hispana. Ciertos españoles vinculados con la corona española eran considerados personajes nefastos, como el duque de Alba, con quien se amenazaba a los niños, y ser llevados a España significaba transportarlos a su espantoso reino.[iii]

Casi por la misma época, en la España unificada territorialmente con la derrota de Mohammed XI, Boabdil (1482-1483/1486-1492) y la toma de Granada el 5 de enero de 1492, la presencia del islam estaba aún muy fresca, por lo cual a Pedro, el Negro, compañero de andanzas de San Nicolás, se lo asimiló a un musulmán y el castigo para los niños malvados consistía en trasladarlos a tierra de moros, algo que aterrorizaba de sólo pensarlo.

La tradición de San Nicolás y su actividad de generoso dador de presentes que se celebraba el 6 de diciembre, fue prevaleciendo cada vez más, pero con el tiempo, todo se trasladó a la Nochebuena.

A partir de entonces y siempre relacionado con la Navidad, otros países han adoptado y adaptado el personaje de San Nicolás al que dieron diversos nombres: Père Nöel (Francia) Father Christmas (Inglaterra), Padre Navidad; Julenisse en los países escandinavos, derivado de las fiestas paganas de Yule celebradas durante el solsticio invernal; Kolya (Rusia); Niklas (Austria y Suiza); Semiklaus (Tirol); Pezel-Nikol (Baviera); Pelznickel (Palatinado), Svaty Mikulas: Nicolás cubierto de pieles (Bohemia).

La versión americana de Papá Noel proviene de Sinter Klaas y su aparición data del siglo XVII en Nueva York, siendo llevada esta tradición por inmigrantes holandeses.

Las siete provincias del Norte de los Países Bajos, en las cuales surgieron las insurrecciones más radicales contra los dominadores españoles, formaron en 1581 la República de las Provincias Unidas, constituyéndose en el foco de la independencia.[iv]

Toda esta región, habitada por flamencos y valones, siempre se distinguió por ser un centro comercialmente importante, tanto por lo allí producido como por la gran actividad de sus puertos que virtualmente eran la puerta de entrada y salida de Europa central. Aún sin contar con la situación de paz ideal, las Provincias Unidas también se lanzaron a la aventura colonialista con intenciones de aumentar su expansión mercantil y competir mano a mano con las demás potencias.

En 1602 se constituye entonces la Compañía Holandesa de las Indias Orientales, que se establecerá desde Indonesia y Japón, hasta la India y el cabo de Buena Esperanza en Sudáfrica, alcanzando un gran desarrollo al mismo tiempo que grandes beneficios.[v]

Otra sociedad gemela se creará hacia 1621: la Compañía Holandesa de las Indias Occidentales, cuyas actividades estaban dirigidas a América, pero a diferencia de su par oriental, el rendimiento económico fue bastante menor.[vi]

Con anterioridad a esta fecha habían establecido, en 1614, la factoría de Port Nassau en el curso superior del río Hudson. En 1624 se funda oficialmente la colonia de Nueva Holanda y un contingente de valones construye Fort Orange. Poco después llegan inmigrantes que se instalan formando un asentamiento al que denominan Nueva Amsterdan, en una isla frente a la desembocadura del Hudson llamada por los lugareños Mannahatta. Para evitar conflictos con los nativos, el gobernador colonial Peter Minuit, en 1626, les compra la isla a cambio de baratijas equivalentes hoy a U$S 24.- y tres años después, entorno a Fort Orange, se forma una población estable: Beverwyck. Los problemas entre los colonos y las tribus por la posesión de las tierras no tardarán mucho tiempo en aparecer.[vii]

Pero en América del Norte, los holandeses tenían un peligro mayor que la hostilidad de los nativos: los ingleses.[viii] Cuando el rey Carlos II (1660-1685), en 1664 reclama para Inglaterra las tierras entre los ríos Connecticut y Delaware, inmediatamente un contingente militar arriba por mar a Nueva Amsterdam que es entregada casi sin resistencia y con ella toda la colonia. A Nueva Amsterdam se le cambia el nombre por Nueva York y Beverwyck pasó a llamarse Albany.[ix]

Aunque los territorios cambiaron de bandera, los habitantes no todos emigraron sino que una gran cantidad permaneció y con ellos también sus tradiciones como la de Sinter Klaas.

Tampoco es de descartar que los alemanes instalados en Pennsylvania, supuestamente descendientes de los mercenarios contratados por los ingleses durante la guerra de la independencia en 1776, hayan traído junto a la costumbre del Árbol de Navidad a su Pelznickel.

Ya en 1773, Sinter Klaas aparece en un periódico bajo el nombre "St. A Claus" y de allí se derivó Santa Claus, aunque otros dicen que es contracción del Sankt Nikolaus alemán. Pero es el escritor Washington Irving (1783-1859), quien da un relato detallado acerca de la versión holandesa de la leyenda de San Nicolás a través de su Historia de Nueva York, publicada en 1809 bajo el seudónimo de Diedrich Knickerbocker, que presenta al santo ahora sin la compañía de Pedro, el Negro. Cambió las tradicionales vestiduras clericales por otras parecidas al atuendo de un antiguo montañés y su aspecto era el de un anciano bonachón. Su cabalgadura seguía siendo un caballo blanco, pero con la diferencia de que este corcel que tiraba de un trineo, podía volar sobre las copas nevadas de los árboles, permitiéndole arrojar regalos por las chimeneas. Pasado bastante tiempo, Santa Claus apareció representado con una pipa, pues en las reuniones literarias que organizaba Irving después de 1835, casi todos los escritores fumaban con las típicas largas pipas holandesas, incorporando al personaje este curioso accesorio.

El proceso de "americanización" de Santa o Saint Nick, como también se lo llama, continuó cuando el 23 de diciembre de 1823 el periódico neoyorkino Sentinel, publica un poema anónimo con el título Una visita de San Nicolás (A visit from Saint Nicholas), que luego se conocerá más popularmente bajo el nombre La noche antes de Navidad o La víspera de Navidad (The night before Christmas) cuyo autor resultó ser Clement Clarke Moore (1779-1863).[x]

Este sencillo poema agregó numerosos detalles: las típicas risotadas y saludos; las entradas por las chimeneas, etc., y con características más de un duende que de un santo obispo, sea por su personalidad como por su típica vestimenta: chaqueta, pantalones y gorro y grandes botas negras.

Otro cambio fundamental que hizo fue el medio de transporte. Moore conocía la leyenda finlandesa del Viejo Don Invierno, que junto con los renos, bajaba hacia los llanos todos los inviernos.[xi] Tomando la idea la traspuso a su poema e hizo que Santa Claus viajara en un trineo arrastrado por ocho renos a los cuales hasta les puso nombre: Doner, Cupid, Blitzer, Comet, Vixen, Prancer, Dasher y Dancer.

Entre los años 1860 y 1880, el dibujante Thomas Nast (1840-1902), realiza una serie de diseños de este Santa Claus para los números de Navidad de la revista Harper's en que incorpora otros elementos a la leyenda como ser el hecho de tener su taller de regalos en el Polo Norte y poseer una lista de niños buenos y malos de todo el mundo.

Algunos atribuyen a Nast el haber iniciado la costumbre del color rojo del atuendo, pues algunos dibujos de su autoría que aparecieron hacia 1869 lo mostraban con una vestimenta de piel rojiza. Pero la mayoría supone que el mérito pertence a Louis Prang, un imprentero de Boston, que en 1886 publicó una postal de Navidad con Santa Claus vestido de rojo.

La versión de Santa Claus más popular conocida actualmente se debe a la campaña lanzada por The Coca-Cola Company en 1931. La empresa encargó a Habdon Sundblom (1899-1976), quien rediseña el personaje quitándole la apariencia de gnomo y dándole una nueva identidad. Utilizó el color rojo de la marca para el traje, que con sus vivos de piel blanca resulta de lo más vistoso, y para las facciones y gestos tomó como modelo al vendedor jubilado Lou Prentice logrando el sugestivo aspecto de un abuelo risueño, alegre y hasta pícaro. A partir de Sundblom, a nadie se le ocurre que Santa Claus pueda vestir otro atuendo que no sea de color rojo y su mérito radica en haber convertido una imagen de ficción en alguien real.[xii]

Más adelante, hacia 1939, gracias a la cadena de tiendas Montgomery Ward Company de Chicago, aparecerá un noveno reno con una brillante y roja nariz que se llamará Rudolph. Esta empresa, como promoción, acostumbraba editar todos los años para la Navidad pequeños libros en colores con cuentos afines a la fiesta. Ese año encargó el trabajo a Robert May quien creó una historia con Rudolph como protagonista y los dibujos los realizó Denver Gillen.[xiii] En 1939 se distribuyeron dos millones cuatrocientas mil copias y el éxito fue tal que en años sucesivos se siguió imprimiendo alcanzando hasta el 1946 una tirada de seis millones. En 1947 la compañía cede los derechos de autor a su creador que comienza la comercialización con diseños gráficos y presentando en los años siguientes un dibujo animado de nueve minutos en los cines y teatros.

Aprovechando la creciente fama del reno, el cuñado de May, Johnny Marks, escribe la letra y compone la canción Rudolph, the red-nosed reindeer, que es grabada por Gene Autry y lanzada al público en 1949, vendiéndose dos millones de discos, compitiendo sólo con otra popular canción de Navidad: White Christmas.[xiv]

En 1964 se realizó un especial para televisión sobre Rudolph, narrado por Burl Ives, transformándose en un clásico.

Concluyendo, de la tradición del Papá Noel, los cristianos tienen que considerar el hecho de que todas las leyendas tiene su origen en la vida real de un santo: San Nicolás, y que debe rescatarse lo que significa su ejemplo como símbolo de caridad, de generosidad y de alegría en el contexto del nacimiento de nuestro Redentor. Será, pues, necesario recristianizar la figura de este anciano bonachón y devolverle su primitiva identidad.

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IVE

Notas

[i] De Woden deriva el nombre del día miércoles en inglés: Wednesday, contracción de Woden's day, es decir, el "día de Woden ".

[ii] Los celtas, como otros pueblos paganos nórdicos, tan dependientes de la naturaleza, consideraban que el 1° de noviembre comenzaba el año con signos peculiares: la cosecha había concluido y los fríos del invierno ya se hacían sentir, los árboles perdían su verdor y los días se hacían cada vez más cortos. Creían que su dios del sol, Muck Olla, se debilitaba, mientras que Samhain, dios de la muerte, ganaba fuerzas y en virtud de esto, los espíritus de los muertos podían regresar. Estos espíritus eran liberados en la víspera del año nuevo de su condena a habitar en cuerpos de animales salvajes por sus malas obras y, como en su vida habían sido ladrones, estafadores y asesinos, al volver renovarían sus fechorías atormentando a los vivos causando daños a sus bienes y a sus personas.

Los druidas, casta sacerdotal de los celtas, aseguraban aplacar al dios Samhain y evitar el ataque de sus espíritus por medio de conjuros y sacrificios de animales, seres humanos y otras cosas ofrecidas. En la noche del 31 de octubre, visitaban casa por casa a los habitantes de los poblados para pedir las ofrendas llevando una linterna muy particular. Era un nabo o rábano grande ahuecado, tallado con la cara del espíritu del cual el druida recibía el poder. Clocándole un carbón encendido en su interior, la luz salía a través de los orificios cavados de los ojos, nariz y boca. Llamaban Jock al espíritu de la linterna que a su vez tiene origen en una antigua leyenda irlandesa.

La historia cuenta que había un hombre llamado Jack, tan malo, que cuando murió no podía entrar en el cielo, pero tampoco en el infierno, pues hasta el demonio fue víctima suya y juró no aceptar su alma. El maligno le entregó entonces un carbón encendido para que se alumbrara en su camino de regreso a la tierra. Jack tomó un nabo, lo horadó y puso el carbón en su interior haciéndose una especie de linterna y comenzó a vagar por el mundo en busca de reposo siendo conocido como Jack of the Lantern (= Jack de la Linterna), abreviado: Jack-o-Lantern.

Para protegerse de este espíritu vagabundo, la gente hacía linternas similares y las colocaba en los frentes de sus casas, pero cuando los inmigrantes irlandeses llegaron a América se encontraron con que los nabos no eran tan abundantes y grandes y sí las calabazas, por lo que las comenzaron a utilizar en su lugar.

En su recorrido, los druidas recolectaban todo lo que se les ofrecía o también exigían. A los que lo hacían de buena gana les prometían paz y prosperidad (Treat = trato), pero los que se negaban recibían amenazas y maldiciones (Trick = treta o trampa). Además, con el fin de contentar a los espíritus y evitar cualquier daño, la gente también dejaba afuera de sus casas comida y regalos. La expresión Trick or Treat (= Treta o Trato), que dicen los niños en Halloween cuando visitan los hogares pidiendo golosinas proviene de esta práctica.

El sacrificio consistía en la inmolación de las víctimas en grandes hogueras hechas con madera de fresno, el árbol sagrado, mientras que los druidas hacían sus invocaciones y los participantes, disfrazados con pieles y cabezas de animales, cantaban, danzaban y brincaban a través de las llamas.

Cuando los romanos conquistaron parte de los territorios celtas se encontraron con estos ritos, pero no llamaron mucho la atención pues ellos festejaban para la misma fecha un festival en honor a los muertos y de Pomona, diosa de los frutos.

Como ocurrió con otras fiestas paganas, la Iglesia la cristianizó. El papa Bonifacio IV (608-615), en el año 610, trasladó las reliquias de los mártires desde las Catacumbas hasta el templo del Panteón de los dioses de Roma al que transformó en una iglesia dedicándola a Santa María y a los Mártires a quienes se festejó el 13 de mayo. En ciertas Iglesias particulares existía una fiesta similar pero en honor a Todos los Santos que Gregorio IV (827-844) establece su celebración el día 1° de noviembre en 835. San Gregorio VII (1073-1085), adoptando esta última fecha, junta las dos fiestas en una sola como homenaje de la Iglesia Militante a la Iglesia Triunfante con carácter de solemnidad, por lo cual también tuvo sus primeras vísperas el 31 de octubre. En los países de habla inglesa al All Hallows Day (= Día de todos los Santos), se lo llamó popularmente All Hallomas, pues lo central de él era la Misa (= Mass) y a las vísperas All Hallomas Eve (Eve = vísperas). Posteriormente fue deformándose en All Hallows Eve, All Hallowed Eve, All Hallow E'en (E'en: contracción de evening = tarde o anochecer) y finalmente Halloween.

[iii] Desde que Carlos V (1520-1555) abdicó a la corona del Imperio y de sus vastas posesiones personales, la dinastía de los Habsburgo se dividió en dos ramas: la alemana y la española. La alemana se inició con su hermano Fernando I (1555-1564) que quedó con el Imperio y la española con su hijo Felipe II (1555-1598), que incluía España, las colonias de ultramar y otros territorios diseminados por Europa, entre ellos los Países Bajos. Aprovechándose de la circunstancia de la sucesión, los protestantes, al mando del luterano y simpatizante de los calvinistas Guillermo de Orange, comenzaron a avanzar desde el Norte con una serie de revueltas enarbolando la bandera de la independencia de la católica España. La poca eficiencia para contener a los insurrectos del gobernador Manuel Filiberto, duque de Saboya (1555-1559) y la falta de eficacia de las medidas de la gobernadora Margarita de Austria (1559-1567), hija natural de Carlos V y esposa del duque de Parma, Octavio Farnese, fue reemplazada por la severa represión ejecutada por Fernando Álvarez de Toledo, duque de Alba (1567-1573), que ocupando el cargo con plenos poderes otorgados por Felipe II, rápidamente impuso el orden persiguiendo a los revoltosos y aplicando un régimen de extraordinario rigor.

[iv] La esperanza de España de controlar la totalidad de los territorios de los Países Bajos, se esfumó cuando con el Pacto de Utrech, firmado el 25 de julio de 1581 por las siete provincias rebeldes del Norte, eligieron statolder a Guillermo I de Orange (1581-1584), título que ya le había sido otorgado por los insurrectos en 1555. Mauricio (1585-1625), hijo de Guillermo I, queda al mando después del asesinato de su padre en 1584, recibiendo el apoyo de los protestantes alemanes, de Isabel I de Inglaterra (1558-1603) y del rey de Francia, Enrique IV (1589-1610).

A la muerte de Felipe II en 1598 la división de los Países Bajos era ya una realidad pero recién Felipe III (1598-1621) la reconoce de hecho en 1609 por medio de la Tregua de los Doce Años. Sin embargo, al concluir el tiempo en 1621, las hostilidades se reanudaron pero con tan poca energía de ambas partes que no se la podía considerar una guerra. El estado de cosas se mantendrá hasta que con la Paz de Westafia de 1648 se reconocerá oficialmente la independencia de Holanda bajo el statolder Guillermo II de Orange (1647-1659) y ciñendo la corona española Felipe IV (1621-1665).

[v] La Compañía Holandesa de las Indias Orientales, en 1619 establece sus oficinas en Batavia (actualmente Jakarta) en la isla de Java, Indonesia, fundándose con ello el imperio colonial holandés del Oriente. De allí manejará el comercio con el archipiélago Malayo, China, Japón, India, Persia y Cabo de Buena Esperanza (Sudáfrica), rivalizando con otras potencias y actuando sin mayores escrúpulos.

Como Portugal estaba unido a la corona española desde 1580, vínculo que durará hasta 1640, al estar Holanda en guerra con España, la Compañía arrebató las colonias portuguesas de la península Malaya, Ceilán (hoy Sri Lanka), la costa Malabar de la India y Japón. Las misiones católicas recibían su respaldo de España y Portugal, por lo cual los mercaderes holandeses, que junto con los ingleses se habían instalado en Edo (actual Yokyo) en el 1600, convencieron malignamente al shogun Ieyasu (1603-1605), de que los misioneros intentaban conquistar las tierras y quitarle el poder. Esto desató una persecución que continuó durante el gobierno de Hidetada (1605-1622) y recrudeció bajo Iemitsu (1623-1651). El resultado de la artera calumnia fue casi el exterminio del catolicismo y el martirio de más de 3.200 cristianos, entre misioneros extranjeros y japoneses conversos en su mayoría.

Continuando con sus métodos violentos, en 1632, los holandeses asesinan en Amboina, capital de las Molucas Holandesas, a una delegación de comerciantes ingleses, desencadenando un conflicto diplomático con Inglaterra. En 1652 desembarcan en Cabo de Buena Esperanza y fundan la Ciudad del Cabo con un gran despliegue comercial y apoyo militar. De estos primeros mercaderes, unidos a inmigrantes alemanes protestantes y refugiados franceses hugonotes (calvinistas) descenderán los afrikaans, más conocidos como boers.

[vi] Los holandeses habían llegado a América a fines del siglo XVI arribando a Surinam hacia 1581, a la cuenca del Hudson en 1614 y en 1623 desembarcan en Bahía, en el extremo Nordeste del Brasil, entrando inmediatamente en conflicto con la corona española-portuguesa. En 1634 desembarcan en la isla de Curaçao, en el Mar Caribe frente a la actual Venezuela, transformándose en la capital comercial y política de las Antillas Holandesas.

[vii] Peter Minuit es sucedido en Nueva Holanda por Willem Kieft en 1637 y durante su mandato se originaron los primeros enfrentamientos que se agravaron al imponer un tributo a los aborígenes para solventar la construcción de las fortificaciones estallando directamente una sangrienta guerra en 1641. Kieft fue reemplazado en 1647 por Peter Stuyvesant, que a pesar de ser un hombre honesto y hábil, gobernó dictatorialmente a los colonos, quienes no cesaban de protestar por los excesivos impuestos.

[viii] La presión que ejercía Inglaterra sobre las posesiones holandesas se manifestaba en un avance constante sobre su territorio que era ocupado por asentamientos. Ya en 1660 Peter Stuyvesant se vio forzado a ceder una gran parte de Long Island hasta Connecticut a la colonia inglesa por esta causa, pues le era imposible gobernar a extranjeros y no a súbditos holandeses.

[ix] El rey Carlos II reclamó los territorios argumentando como causa las exploraciones hechas por John Cabot (c.1450-1499) a nombre de Inglaterra en 1497 y 1498, y no sólo se limitó a exigir su entrega sino que concedió las tierras a su hermano Jacobo, duque de York y Albany, futuro Jacobo II (1685-1688). El coronel Richard Nicolls arribó con cuatro barcos y cuatrocientos soldados a Nueva Amsterdam y si bien el gobernador Peter Stuyvesant estaba dispuesto a presentar batalla, los habitantes prefirieron no oponer resistencia y, de este modo, la colonia fue fácilmente tomada. En honor a su nuevo propietario Nueva Amsterdam se llamó Nueva York y Beverwyck, Albany. Holanda recibió en 1667 como compensación, una parte de la colonia que habían establecido los ingleses en la región de Guyana, la que fue anexionada a la Surinam holandesa.

[x] Clement Clarke Moore era un hombre de gran cultura y erudito en lenguas clásicas. Fue profesor de lenguas orientales y griego en un seminario de teología y sus profundos conocimietos lo llevaron a escribir una obra monumental: el Léxicon de la Lengua Hebrea.

[xi] La leyenda finlandesa se basaba en un hecho real consistente en la emigración anual que los renos hacían desde las altas cumbres hacia las llanuras al comenzar el invierno. A esto se le agregó la figura mítica del Viejo Don Invierno, un anciano que personificaba el comienzo de la estación fría y al que se lo asoció con la llegada de los renos.

[xii] Los hijos de Sundblom sirvieron de modelo para los demás personajes que acompañaban a Santa Claus en los diversos episodios que comprendía la serie de diseños y a la muerte de Lou Prentice, el mismo Sundblom incorporará sus propias facciones al rostro.

[xiii] Robert May escribió este cuento en versos rimados con varias estrofas contando la historia de un reno que fue apartado de su comunidad a causa de su ridícula nariz. Como el destinatario eran los niños, experimentó con su hija Bárbara de cuatro años que quedó encantada. Pero sus jefes dudaban del personaje, pues la nariz roja y brillante era asociada a la bebida y a los ebrios, no considerándolo apropiado para un tema navideño. May recurrió entonces al dibujante Denver Gillen, del departamento de arte de Montgomery Ward, quien hizo los bocetos de Rudolph y finalmente se diluyó la oposición.

[xiv] White Christmas fue compuesta en 1941 por Irving Berlin para la película Holiday Inn, con la actuación de Fred Astaire y Bing Crosby, fue cantada por este último y grabada en 1942. Dado que el master se había dañado con el uso, en 1947 Crosby hizo una nueva grabación que se puso a la venta ese mismo año.
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Revista Arbil nº 64

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